La importancia de Dar – Es una Cuestión de Fe
¿Por que ofrendamos?
Dios prometió en Su Palabra si nosotros damos a la obra de Dios Él nos va a bendecir hasta sobreabundar. La pregunta que debemos hacer es si realmente creemos lo que la Palabra de Dios nos dice. En Malaquías 3:10 Dios nos dice “probadme en esto”. Dios no da un desafío para probar si es cierto lo que Él promete. Si Dios nos dijo en Su Palabra entonces Él lo va a cumplir y va a derramar Su bendición sobre nuestras vidas.
La clave para recibir la bendición de Dios abrir nuestro mano dar. Jesucristo dijo: “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir” (Lucas 6:38). Si nosotros somos tacaños con la obra de Dios y cerramos nuestra mano estamos cortando la bendición de Dios en nuestras vidas. Si nosotros abrimos nuestra mano para dar, con la misma medida que nosotros damos, Dios va a devolver en nuestra mano para invertir en la obra de Dios.
¿Por que Diezmamos?
En la Palabra de Dios en vemos la importancia de dar el diezmo y las ofrendas. El diezmo es el diez por ciento de nuestros ingresos que la Biblia nos enseña que debemos dar fielmente para la obra de Dios. El diezmo no debe ser menos que el diez por ciento. Si uno desea dar de corazón más que diez por ciento Dios le va bendecir en gran manera. Si uno no quiere dar su diezmo es porque no está dejando que Dios sea el dueño de su vida en el área de las finanzas. Si Dios es el dueño de nuestro dinero no podemos decidir que no vamos a dar el diezmo porque el dinero no es nuestro. Y como el dinero no es nuestro cuando elegimos no diezmar estamos robando lo que es de Dios. Dios pregunta en Su Palabra: “¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas” (Malaquías 3:8).
El diezmo realmente es una prueba de soberanía de Dios en nuestras vidas. Si no estamos dispuestos a dar fielmente nuestro diezmo, estamos rechazando a Él como nuestro amo y estamos tomando lo que es de Él. Si deseamos ser buenos mayordomos de los bienes que Dios nos ha dado, es un requisito dar el diezmo. Si un hijo de Dios desea Su bendición sobre sus finanzas lo primero que debe hacer es comenzar a entregar el diez por ciento a Dios.
Demos saber que el diezmo no podemos dar a cualquier persona, sino que debe ser traído al alfolí, que es la tesorería de la Iglesia. No debemos repartir el diezmo como a nosotros nos parece. Tenemos que entregar a la casa de Dios como Él nos dice en Su Palabra.
La Biblia dice: “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde” (Malaquías 3:10).